Dibujo carboncillo de Chon para "libro viajero" de 1 de Primaria Carmen Ruiz Tilve 2013-2014 |
A pesar de su aspecto endeble, la vieja mecedora todavía
parece capaz de sostener el peso de los mejores recuerdos de la abuela. Su
delicada urdimbre aún entrelaza con ternura mis primeras lecciones de vida.
Todo está como yo lo recordaba. El tiempo parece haberse detenido para siempre
en la pequeña cocina. El pucheru de cobre, la pesada masera de roble, la
riestra chorizos en la alcayata, el cestu llenu de astilles de leña… Y entonces sucede la magia, y vuelvo a
recordarla, con sus dos océanos serenos
clavados en mí:
-Las historias que no se cuentan piérdense pa siempre, mi
nenu… Así me lo enseñó a mí tu bisabuela, y a ella la tu tarabuela…
-¿La mi tataraqué, abuela?
-La tu bisabuela Balbina. La que siempre dices que asusta
un pocu en esa foto del salón. Eren otros tiempos. No tuvimos tiempo a ser
guajes, como vosotros. A nosotros nadie nos enseñó a leer, ni a escribir, mi
nenu… eres muy pequeñu tovía pa entendélo, pero fueron muches les histories que
ya se perdieron. Con el pasu de los años la memoria fállanos a los vieyos. Son
coses de la vejez…
-Pero eso a ti no te pasará, güelita. Cuéntamela otra vez.
Algún día aprenderé a leer, y a escribir, y los tus recuerdos no se perderán.
Seré capaz de escribílos de una manera tan guapa que nadie los olvidará jamás.
Cuéntamelu otra vez, por favor…
-Bueno. Tá bien. Siéntate aquí al mi lao y escucha con
atención: Cuentan les leyendes más antigües que en la cueva de la Forciella
habitaba una bella xana. Muchos vecinos del pueblu aseguraban haberla visto al
caer la noche, cubierta de niebla y con los pies descalzos. Tan admirada era la
su belleza que hasta los lobos bajaben del monte a espiála en les noches de luna
llena . En otoño dedicábase a desvestir a los árboles, cubriendo el bosque de
pétalos de luna y alfombrándolu de hojes seques. Pasábase la noche cantando y silbando, y en el claru
del bosque de Les Becerreres sentábase a facer con les manos guirnaldes de flores,
diademes de vientu y colgantes de plumes multicolores. Con agujes feches de
espina de puercu espín y teles de araña texía pañuelos de plata que decíen que
secáben les lágrimes y quitaben les penes antes de que salieren.
Muches muyeres del pueblu prohibieren a los sus paisanos
salir de casa al anochecer, porque decíen les males lengües que los homes
perdíen la razón enlloqueciendo de amor solo con véla. Así ye que a pesar de la
su belleza vivía en soledad, porque esa yera la su maldición. Diz la leyenda
que hacía muchísimos años ella hubiere sío una bellísima princesa, admirada por
la su belleza; pero que su padre el rey la había consentío hasta el extremu de
hacéla caprichosa y foína. Trataba con despreciu a tou el personal del palacio,
y cuando se hizo mayor de edad pidiói al
padre como regalu de cumpleaños que hiciera llamar al meyor magu del país:
-Conviérteme en la muyer más hermosa del mundo –dijoi ella
al magu-. Quiero que tou el mundo se quede asombráu con la mi belleza, y que la
mi mocedá no se pierda jamás.
-Sea lo que usted desea, mi futura reina, pero si le
concedo ese don vivirá eternamente desgraciada, porque sepa su majestad que su
belleza despertará amor en todo lo que la rodea, pero hasta que no sea capaz de
amar no sabrá lo que es la felicidad.
-No me importa –contestó enfurruñada.
Los años fueren pasando, y con cada primavera empeoraba el
humor de la princesa, hasta el puntu de que no soportaba la presencia de los
homes, siempre adulando la su belleza. No había home en el mundu que no soñase
con facéla muyer suya, y eso hacíala rabiar, porque a ella no i gustaba ningún
paisano, fuese príncipe o labriegu. Aprendió a vivir feliz en la su soledad, y
empezó a salir del palacio solo cuando la oscuridad impedía a los homes véla.
Cada noche escapaba al monte, y cantábaios a los árboles, y hablábaios en
susurros, sin dáse cuenta de que la su maldición afectaba por igual a persones,
animales y coses. Pa ella eren simplemente árboles, pero los árboles del bosque
empezaron a desear cada anochecer, enamoraos, esperando les visites de la xana.
Una tarde de agosto lluviosa quiso la mala suerte que un músicu que iba de pasu
por el bosque se refugiase entre les rames de un sauce, entreteniendo la su
espera con la melodía de la gaita, y que la armonía del su cantu llamara la
atención de la xana. Al acabar el conciertu los sapos de la charca bailaben con
les ranes, y la luz de una luciérnaga sorprendió a la xana lanzándoi un besu al
artista, ilusionada. Dicen que esi gestu partiói el alma al sauce, que se
volvió locu de desamor desbordándosei la savia en largues y denses lágrimes. La
xana y el músicu marcharen cogíos de la mano, y nadie los volvió a ver por el
bosque. Al tercer amanecer esi sauce secó, muertu de pena, y el restu de
árboles del bosque lloraron por él hasta perder les hojes. Ahora a esi árbol
llamámoslu sauce llorón, y a ella “la xana descalza”. Gracies a ella existe el
otoño, porque al acabar el mes de agosto todos los árboles del bosque se
acuerdan de esti cuentu con tristeza. Cuídate de ella, nenu míu, y de les que
sean como ella, porque les muyeres que solamente quieren ser guapes por fuera
hacen infelices a otros con la su belleza. Búscate una buena moza que sea capaz
de amar a otru tantu como a sí misma, y cásate con ella, como hizo tu güelu con
tu güela. Y cuando seas capaz de entender esti cuentu estarás preparáu pa que
te hable de cómo llegó la primavera.
Llegué aquí por mera curiosidad (espero que no te moleste) y la verdad es que ha sido muy grato leer esta historia tan hermosa. De verdad es preciosa. Enhorabuena !!
ResponderEliminarDel sauce llorón que decir... De niña me tiraba a sus pies y recostada boca arriba lo veía desde abajo por horas mientras soñaba desde los sentidos.
Saludos.
Hola, A.! Me alegro de que hayas llegado hasta aquí; y más aún de que lo que has visto te haya gustado. Las visitas siempre son recibidas en este humilde espacio.
ResponderEliminarSiempre he sentido una extraña fascinación por el sauce llorón, y veo que no soy el único. Existen infinidad de leyendas y fábulas en torno a ese árbol. Este es mi pequeño tributo a los sentimientos que despierta en mí siempre que lo veo. Me pregunto si habrá algo más maravilloso en esta vida que (como tú muy bien dices) soñar desde los sentidos... Un abrazo!!