domingo, 7 de abril de 2013

Al amor de los quince años.






Te deseo suerte, porque el primer amor es irracional;  porque te verás obligada a comprobar que el amor es tan contradictorio que te empuja a  perderlo  todo al entregarte sin tan siquiera esperar nada a cambio.  Que es  un poco como perderse a sí mismo. 
 Que es despertar sueños dormidos y darles pequeñas pistas para que sepan encontrarte; es dejar pasar el tiempo sin apenas atreverse a mirar el calendario.
 Es fingir que las imperfecciones hacen tu mundo perfecto; reflejar tu propia vida en el espejo de una pupila tan ilusionada como la tuya.
 Es a la vez tan todo y tan nada que es tan cruel como para darte la vida para luego arrebatártela, borrando tu sonrisa de un plumazo y dejando cicatrices en tu rostro para siempre. Eso y mucho más es el amor, capaz de elevarte a la gloria y engullirte con tus propios miedos en menos de un segundo, es el vértigo de saber que si él deja de estar a tu lado para apoyarte y conducirte perderás  para siempre el equilibrio, tan pendiente  tu salud mental de su presencia  que un simple pestañeo te conduciría  a la derrota.

Es algo tan sumamente complejo que yo jamás me atrevería a aconsejarte; pero me veo obligado a decirte que al poner tu felicidad en manos de otro corres el peligro de perderla para siempre, y a los quince años todos hemos estado enamorados. Es algo recurrente e inevitable. Te deseo suerte. Solamente eso…