Llega el otoño; y con él la tristeza. La
efímera caducidad de la vida dice adiós y se aleja mirando con tristeza las pisadas que
marcan su regreso. Es el otoño, que todo lo invade con su manto de torpe
niebla. Llega el gélido viento norteño, con su carga de melancolía y sus ecos
de canciones pasadas y fiestas alegres. Las hojas se mueren, y pese a su torpe
empeño son arrancadas sin miramientos por este crepúspulo salvaje de noviembre,
con su desértica tormenta tan cargada de sed que te empuja a la soledad de una botella, precipitando su
vacío a través de tu tráquea.
Llega el otoño, y resignado me siento en cuclillas, cruzando
con el diablo una partida en la que heces, vómitos y sangre se intercambian por
segundos y minutos. Siento que las cartas están marcadas; pero me dejo hacer, porque estoy harto ya de pelear con esa pequeña vasija sin manillas por las que ser izada, ésa que cruentamente deja
tus fragmentos adheridos a los bordes afilados de esa taza, diseccionando tus
pulgares al intentar acariciarla.
Es el otoño; y en este
atardecer sombrío los que aun no han muerto ansían con desprecio ese reposo,
porque se han cansado de vivir sintiéndose vacíos. Extienden sus manos
suplicantes hacia ese túnel manso que se ofrece ante ellos prometedor y oscuro,
palpitante, maquillando con cenizas la gloria efímera de unos campos sedientos.
Es el oscuro romanticismo de las esquelas, la retirada discreta entre las
lágrimas de quienes jamás admitirían que te quieren como te quieren. ¿Podré yo
apartar la mirada ahora que siento lo confuso de su torpe llamada?
Si tan solo pudieras contestarme, negra noche...
¿Quedará aún algo de mí en tí o todo te lo habrás llevado?
Otoño, mi estación caprichosa, me embriaga su calida melancolia.
ResponderEliminarUn beso Balagar
A mí me encanta el otoño, pero sus contrastes me encadenan a una verdadera montaña rusa de emociones. Siempre he sido de amaneceres, y en otoño se hacen esperar demasiado en ocasiones. Un abrazo.
EliminarOtro bonito rincón, para leer sentimientos...
ResponderEliminarPalabras llenas de color, olor, sabor, luz, oscuridad...y que llegan a la piel del que las lee...
Me pasearé por aquí...
Salu2
Muchas gracias, Sonia. Es un placer tenerte por aquí. Es un lugar un poco más lúgubre y sombrío que mi desván, pero está creado con mucho cariño y respeto a la figura de la mujer, sobre todo. Poco a poco irá adquiriendo un poco más de luz a medida que se acerque la primavera. Bienvenida. Un abrazo.
EliminarSe fue noviembre. Se va el otoño. Llega el invierno mañana.
ResponderEliminar¿Qué nos deparará? Pronto lo descubriremos.
¿Sabes una cosa, Balagar? El otoño es de mis estaciones favoritas. Te invito a verla como yo la veo: las hojas se caen de los árboles para que puedan nacer otras nuevas, más hermosas, más jóvenes, y crean un manto desmaquillado en el suelo; mientras que caen las hojas, todos andamos por debajo, y nos van cayendo encima, y nos cubren con todo lo que han visto durante los meses que han estado observándonos desde los árboles, y nos recuerdan. Además, es una estación romántica en todos los sentidos: se renueva la vida. La vida enamora en otoño.
Y noviembre... ¿Acaso no es un nombre precioso?
El otoño es un Renacimiento.
Un abrazo enorme! Y FELIZ NAVIDAD! :)
Ufff... Me has emocionado con tu comentario. Lo has expuesto de una manera tan poética y acertada que has conseguido que me enamore un poco más del otoño.... En realidad a mí también me parece uno de los momentos más mágicos del año, porque la naturaleza se transforma y nos ofrece sus tonalidades más ocres; pero son de tal magnitud sus contrastes que en ocasiones me hace sentir profundamente triste. No es la estación en sí; son los cambios que trae consigo... Supongo que es una consecuencia de la repentina falta de luz. Yo necesito la luz para sentirme vivo; y los atardeceres de otoño me llenan de nostalgia.
ResponderEliminarNunca me había parado a pensar tan en positivo como tú, y me has contagiado. Gracias por abrirme los ojos.
Tienes razón. Los meses con R tienen una sonoridad preciosa. Noviembre tiene un nombre precioso; pero puestos a escoger yo elegiría septiembre (cosas del zodíaco). Soy libra por nacimiento y por tendencia. Muchos dicen que llego a parecer incluso bipolar, porque mi balanza en ocasiones se vuelve completamente loca. ;))
Me ha encantado tu comentario. La poesía que emana siempre de tus letras es algo magistral. Un abrazo enorme. Felices Fiestas!! :))
Hay inviernos largos... pero tambièn soleados
ResponderEliminarhay pocas hojas en los àroles pero aun queda esperanza...
auùn quedan hojas en el almanaque,.
Feliz navidad Balagar!
Tienes toda la razón, Jo... Hay inviernos soleados, y tremendamente cálidos. Me quedo con ésos, por supuesto. Estoy aprendiendo poco a poco que la ausencia de hojas en los árboles me permite observar las cosas con mayor perspectiva; y ésa es la grandeza del invierno, que nos permite reparar en detalles que nunca habían estado visibles.
EliminarQuedan hojas en el almanaque, por supuesto. Muchas. Todas. La vida es para ser vivida y sentida sabiendo que siempre habrá un mañana por el que luchar.
Felices Fiestas, Jo. Un abrazo.
Todo un mundo de melancolia se balancea en tus palabras, mecidas por la noche y la impermanencia, todo pasa, nada permanece. Bello texto. Un abrazo Balagar.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y tu comentario, Mercedes. Las palabras se vuelven poesía cuando son tratadas de una manera tan exquisita como tú lo sabes hacer. Un abrazo navideño.
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